Periodo de ejecución: 2014
Inversión: 143.735,97 €
En 2014, durante la remodelación del Museo Arqueológico Nacional, el IPCE promovió la conservación-restauración de las esculturas en mármol que flanquean la entrada original del museo. Estas obras, de casi 3 metros de altura, representan a Diego Velázquez y Alonso Berruguete, ataviados según la moda de su época y con los útiles propios de su profesión. Las esculturas fueron realizadas en 1892 por dos escultores de fama del momento: Celestino García Alonso y José Alcoverro i Amorós respectivamente; y quedan ambas integradas en el programa iconográfico de las fachadas del edificio, elaborado por la Junta de Obras y las Secciones de Escultura y Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, elevado a la categoría de Templo de las Letras, Ciencias y Artes.
La intervención en estas obras se acometió en un proyecto que incluía además las dos esfinges de bronce de la escalinata exterior y otras cinco esculturas de mármol situadas en el interior de la escalinata principal. Las alteraciones que presentaba el mármol eran consecuencia de la exposición a los agentes medioambientales, especialmente de la acción del agua de la lluvia y su combinación con la contaminación ambiental –derivada fundamentalmente de la combustión–, que junto con el polvo y las partículas sólidas de contaminación eran los causantes de los depósitos de suciedad, del ennegrecimiento y de la formación de una pátina de tonalidades que iban desde pardos a oscuros.
En las zonas resguardadas del lavado de lluvia, el engrosamiento de esta pátina había provocado la formación de costras negras de espesor variable –de uno a varios milímetros– constituidas mayoritariamente por yeso al que se añadían otros elementos de la atmósfera contaminada como el dióxido de azufre. Estas costras dañaban la materia puesto que, en unas ocasiones, aparecían desprendidas provocando pérdidas de material, y en otras, el sustrato pétreo que se encontraba debajo presentaba disgregación granular de carácter sacaroideo, llegando incluso a la pulverización de la materia.
Otra de las alteraciones más relevantes era la formación de la pátina biológica extendida por la superficie –cianobacterias coloniales y microalgas clorofitas–, concentrándose en mayor medida en áreas porosas o con irregularidades superficiales. Las obras también presentaban grietas y fisuras, más acusadas en las zonas más bajas.
El tratamiento aplicado en este proyecto tomó como referencia los resultados obtenidos en el Estudio sobre el estado de conservación de las fachadas exteriores de la Biblioteca Nacional y del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, promovido por el IPCE en 2010, que contenía la caracterización de materiales, el estudio del estado de conservación y las pruebas de tratamientos.
La intervención de conservación-restauración consistió en la realización de las siguientes acciones:
Puedes ampliar información sobre esta intervención en el artículo “Las actuaciones de conservación y restauración en las esculturas de piedra de la fachada y escalinata principal del Museo Arqueológico Nacional de Madrid”